El terremoto cibernético.
- Edgar
- 9 sept 2017
- 4 Min. de lectura

Antes de cualquier cosa, quiero expresar mis condolencias a todos los afectados por el terremoto del día 7 de septiembre, principalmente a los damnificados de Oaxaca, Tabasco y Chiapas. Sé que es una situación muy difícil; desde Puebla les mando un abrazo. Mucha fuerza a todos ¡van a salir de esta!
Cuando ocurre un sismo, el caos y la desgracia se dejan venir con todo; no hace falta mucho movimiento tectónico para que la gente comience a asustarse y pensar el los casos más fatalistas. Es de esos momentos en los que necesitas estar alerta y atento, pero simplemente tus sentidos y tu mente se desconectan, dándole las riendas a la desesperación, la angustia y la ansiedad, más aún cuando es de noche y estabas dormido o a punto de hacerlo.
No falta quien no sepa donde meterse para evitar todo tipo de daño, quien vive en el piso 47 de un edificio, quien pierde todo el control queriendo marcarle a sus familiares y termina marcándose a sí mismo, quien de plano estaba bañándose, defecando o dormido, o quien ni lo sintió, ni se enteró (que es muy poco probable; posiblemente había drogas de por medio)
Y ni importa cual de estos personajes seas, vas a experimentar cuatro momentos cruciales que se viven siempre (SIEMPRE) que hay un temblor.
En primer lugar, el ahora.
Cuando todo está ocurriendo, apenitas sentiste el primer "jalón", piensas que te acaba de dar un ataque epiléptico, pero apenas sientes el segundo, el tercero o el decimoquinto, comienzas a sospechar que está temblando e instantáneamente buscas algún tipo de referencia, agua o algún péndulo, rectificas que en efecto la tierra esta sacudiéndose y en menos de cinco segundos ya estás o fuera de tu casa o debajo de algún mueble (la segunda es la más recomendable).
Lo más increíble es que en tan poco tiempo a la gente le de tiempo de: sentirlo, evacuar, publicar en Facebook, preguntarle a su familia en los grupos de WhatsApp, llamar por teléfono, pensar en chistes, hacer los memes y publicar en su muro "¿Está temblando?" Todo en menos de un minuto.
El postemblor.
Ese momento, en donde todos siguen asustados, ves como las personas se abrazan los unos con los otros y se regalan pan duro (no falta el que aprovecha el "susto" para entrarle a unas bien frías).
Revisas tu alrededor, regresas a tu estado normal y escuchas que alguien hace el siguiente comentario: "tembló ¿verdad?" A lo que alguna persona cercana dirá: "Sí y bien fuerte".
O sea, se trata de decir obviedades; algo así como cuando tu casa se inunda y tu hermanito dice "Está lloviendo".
Otra clásica es: "¡Ah, su...! Tembló y se sintió regacho..."
También, este es el momento en el que comienzan a salir los primeros informadores mandando alertas o haciendo chistes gastados de los temblores; quienes ya mandaron el video de como se movían los postes de su calle, el candelabro de su casa o el Ángel de la independencia; o quienes ya vieron ovnis y luces arriba de los volcanes.
La tornafiesta
Aquí es cuando la gente ya está tranquila, sin embargo, es el peor momento, más espantoso que el temblor: cuando TODAS tus conversaciones explotan. De repente cada uno de los integrantes de los grupos de WhatsApp tiene algo que decir: una experiencia, un chiste, un audio proveniente de algún grupo de ciudadanos responsables que se encargan de informar al resto. Estos últimos mis favoritos porque justo quince segundos después de la tragedia tienen información de SkyAlert, Protección Civil, Peña, Hacienda y el Papa.
Y si tu cama ya había dejado de agitarse, tu celular seguirá vibrando hasta que el último de tus contactos se duerma, y créeme, esas cosas no pasan.
Pareciera como sí nunca se hubieran subido a una montaña rusa, deveras.
Al final no te quedará otra opción más que silenciar todas tus conversaciones para poder reconciliar el sueño.
El final, los chistes.
Son mi parte favorita, saca a relucir el ingenio del mexicano; apenas el temblor comenzó y ya tienes en tu timeline de Facebook cien memes nuevos, todos relacionados con la tragedia, muchos ingeniosos, algunos bastante bobos, otros ni siquiera son chistes, son publicaciones tipo "acaba de temblar" o "¿todos están bien?"
Esto motiva a uno a escribir algo para que la gente se ría, ya saben, porque riendo los tiempos duros son más llevaderos.
Pero en fin, en los tiempos donde llevar tu celular en el bolsillo es más importante que evacuar un edificio de cinco pisos antes de que se resquebraje, no podías esperar menos.
Por último haré una recomendación musical con motivos temblorísticos, ¿Dónde te agarró el Temblor? de Chico Che:
Para finalizar, pedirles a todos los lectores que si tienen la oportunidad de ayudar a los afectados por el terremoto del 7 de septiembre, lo hagan, actualmente no conozco alguna colecta que se este realizando, pero en cuanto me entere de una, la publicaré por este medio. Sin embargo no esta de más investigar en algún portal gubernamental o de alguna ONG.
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