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Un pueblo arrabalero.

  • Edgar
  • 30 jul 2020
  • 3 Min. de lectura

Hace no mucho cancelaron mediáticamente a Jorge Castañeda por haberle dicho 'arrabalero' a un municipio oaxaqueño cuyo nombre no recuerdo y que francamente no me importa saberlo.La gente señaló de clasista al intelectual y con cuánta razón; el término 'arrabalero' se ha usado de forma despectiva y peyorativa; busca menospreciar todo aquello que no corresponde a una estética/perspectiva de clase media-alta a la que la mayoría de los mexicanos no pertenecen. Sin embargo, el término es más literal que interpretativo. "Naco", por otra parte, no queda tan claro; es tan diverso el significado que tiende a causar debates. Pero, "arrabalero" es más directo de lo que creemos.

Se refiere por arrabal aquella zona de una metrópoli que está apartada del foco de admiración y progreso con el que se vende. Se refiere a ese barrio marginado y abandonado por Dios. Donde hay delincuencia, clandestinidad y pobreza; en fin, eso es el arrabal. Cuando te nombran arrabalero te señalan como miembro de esa marginalidad, de ese lugar limítrofe alrededor de la población más atendida por la fortuna. ser del arrabal es simplemente ser pobre, de pueblo: ser El Pueblo.

Yo rechazo categóricamente ese significado. No es adecuado para describir una realidad en la que vivimos. Claro, si solo tomamos en cuenta el término literal.

No obstante, hoy en México existe un verdadero pueblo arrabalero: aquellos que no comprenden su realidad, que viven en sus propias burbujas, en sus propios círculos; que viven en el arrabal de su privilegio, de su clasismo/machismo/homofobia, etc. Los que ignoran a sus conciudadanos para cuidar su "superioridad". Los intolerantes que quieren que el rumbo del mundo siga al viento que ellos mismos soplan. Es arrabalero el que desconoce las necesidades de su sociedad, aquel que vive aislado de una realidad tan cruda que parecería imposible no notarla; pero repito: habitan en su arrabal.

Hoy en Veracruz se votaba la despenalización del aborto y en un rotundo 4 a 1 fue rechazada categóricamente por casi todos los jueces de La Corte, salvo por el mismo que la promulgaba. Esa es una actitud del arrabal. Los jueces se cegaron a la necesidad y doblaron las manos ante falsos protocolos federativos que nadie conoce y que ellos mismo siempre ignoran. La legislación del estado pertenece a los legisladores: de acuerdo; pero en términos de derechos no deberíamos buscar que un congreso avale algo que ya es sumamente válido. Aún así, el protocolo expresa que una vez aprobada una propuesta de Ley, el poder judicial se encarga de asegurarse de que esta no sea anticonstitucional o un atentado contra nuestros derechos fundamentales, en este caso los de las mujeres. Estos jueces aún así, habrían tenido que ratificar esa reforma al código penal que HOY rebotaron.

No está de más denunciar, que también fue arrabalero, el hecho de que la votación fue ejercida en su mayoría por hombres. Aunque las otras dos juezas votaron en contra, la falta de pluralidad simplemente hundió la propuesta.

El México arrabalero no es aquel de los barrios bajos, de los tianguis clandestinos y las mujeres del servicio. El México arrabalero es el que está lleno de privilegios y abusos de poder, el que se ciega a una realidad aplastante, el que se aísla de la población que sufre y muere, el que decide por lo que no le importa, el que señala lo que no le interesa. El que se toma un placebo divino para apaciguar su conciencia pútrida.

Cómala era un pueblo arrabalero; el desierto lo consumió. Hoy no fue ley, pero será. Que no nos quepa la menor duda.


 
 
 

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